¿Cómo prevenir?
La causa de la enfermedad es desconocida, por lo que no podemos tomar medidas para prevenirla. Solo un pequeño porcentaje de casos son familiares y, en éstos, como prevención, es recomendable el consejo genético.
La enfermedad de Párkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica.
El Párkinson se produce por degeneración y muerte de neuronas, en concreto y principalmente de las situadas en la sustancia negra del cerebro. Estas neuronas producen dopamina y como consecuencia de su degeneración se produce un déficit de dopamina cerebral.
Es una enfermedad progresiva y con el paso del tiempo se afectan también neuronas de otras partes del cerebro, con alteraciones de otros neurotransmisores como la acetilcolina, la noradrenalina y la serotonina.
Es una enfermedad fundamentalmente esporádica, sólo el 10% tienen una causa genética. Tiene una prevalencia en los estudios epidemiológicos de 1,5% (1.500/100.000 habitantes) en mayores de 60 años.
Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, detrás de la enfermedad de Alzheimer.
Los síntoma principales con los que se diagnostica la enfermedad son de tipo motor:
Es habitual que estos síntomas comiencen de forma asimétrica en sólo un lado del cuerpo. Con el paso del tiempo, aparecen también en el otro lado y se añaden además:
El estreñimiento, la pérdida de olfato y la depresión pueden presentarse incluso antes que los primeros síntomas motores y, en consecuencia, antes de poder diagnosticar la enfermedad. El resto aparecen después de los síntoma motores, según la enfermedad va progresando.
La causa de la enfermedad es desconocida, por lo que no podemos tomar medidas para prevenirla. Solo un pequeño porcentaje de casos son familiares y, en éstos, como prevención, es recomendable el consejo genético.
Pretenden descubrir maneras de identificar las personas que están en riesgo de desarrollar la enfermedad. Su conocimiento mejorará y anticipará el diagnóstico y, en consecuencia, acelerará el desarrollo de nuevas terapias. Los dos biomarcadores más prometedores son los neurofilamentos de cadena ligera y la alfa sinucleína.
Son estudios que se llevan a cabo primero en laboratorio, luego en animales y finalmente en humanos. Pretenden descubrir fármacos con efecto protector sobre las neuronas dopaminérgicas y evitar así su degeneración.
Este tratamiento que ha demostrado una clara utilidad en los casos de enfermedad de Párkinson avanzada, todavía mantiene líneas de investigación para encontrar dianas y técnicas de registro y estimulación aún más eficaces en el control de los síntomas motores.
Intentan descubrir posibles factores de riesgo ambientales (productos tóxicos fundamentalmente) que aumentan la susceptibilidad a desarrollar la enfermedad de Párkinson para, una vez detectados, protegerse de ellos o conseguir su eliminación.
Estos estudios examinan genes y sus productos implicados en la enfermedad de Párkinson hereditaria, para entender los mecanismos moleculares que llevan a la neurodegeneración. También llevan a cabo análisis de múltiples datos del genoma de enfermos con esta patología en todo el mundo, en un intento de comprender aquellos factores genéticos que puedan ser de riesgo de la enfermedad.
Estudia la inocuidad, tolerancia y posibles efectos clínicos de la entrega de genes productores de factores neurotróficos que pueden proteger las células nerviosas productoras de dopamina.
Mediante esta técnica se pretende abrir la barrera hematoencefálica en regiones de interés del sistema nervioso central y facilitar así el paso de fármacos a esas zonas que, de otra forma, no podrían atravesar dicha barrera.